Vistas de página en total

lunes, 3 de junio de 2013

Las novelas de Sherlock Holmes (y VI)

      Hoy, damos por finalizada, la serie de novelas de Sherlock Holmes, y dos nuevos compañeros, nos acerca a su mundo, El signo de los cuatro" que nos resumen Alex Navarro, 2º E.S.O. D-Bilingüe y  Estudio en escarlata, con datos sobre su publicación que nos ofrece Antonio Beltrán, 2º E.S.O. D-Bilingüe.



El signo de los cuatro

                     Holmes y Watson estaban tranquilamente en Baker Street, como hacían habitualmente; y en ese momento el detective cogió un frasquito de cocaína, a lo que Watson puso alguna pega, puesto que se trataba de una droga de la no debía abusar. Holmes mantenía que activaba su mente, mientras se preocupaba por alguno de sus casos Watson le aconsejaba como médico y amigo. De pronto alguien tocó en la puerta y una Jove, Mary Morstan, pidió entrar en la casa del famoso detective. Venía a pedirle ayuda por un asunto bastante complicado. Ella ignoraba el paradero de su padre desde hacía al menos diez años, y acababa de recibir una carta en la que se decía que fuese a un lugar concreto sin policías, y con dos amigos si desconfiaba. También les dijo a los dos detectives que, desde hacía años, alguien le enviaba una perla muy valiosa todos los años, siempre el mismo día, y por ello les pedía ayuda porque, en realidad, no sabía qué hacer.




            Al final, ambos decidieron acompañar a la joven y fueron al sitio indicado en la carta, allí se encontraron con un sirviente de la casa que los llevó donde se encontraba Thaddeus Sholto. Este les contaría que era el hijo del Major John Sholto, amigo íntimo del capitán Morstan, y añadió que su padre tenía miedo de salir solo y por ello había contratado a dos guardaespaldas, incluso una vez había disparado a un hombre con pata de palo. Otro día, mientras su padre estaba muy enfermo, observaron su hermano y él cómo un hombre se asomaba por la ventana y su padre, casi moribundo, se había asustado mucho, tanto que murió si dejarles una pista sobre dónde se encontraba el tesoro. Poco antes, les había contado una pequeña historia de cómo había muerto el capitán Morstan, y por ese motivo Mary, su hija, se había mostrado triste porque llevaba diez años sin verlo.
            Tras las explicaciones se dirigieron a casa de su hermano gemelo, Bartholomeu, pero las criadas les dijeron que no salía de su cuarto desde hacía mucho tiempo. Entraron en la habitación y lo encontraron muerto, con una espina envenenada y clavada en el cuello y una carta que decía: “El signo de los cuatro”.


Estudio en escarlata

      Se trata de una novela de misterio que Arthur Conan Doyle publicó en julio de 1887. Se le reconoce por ser la primera novela en que aparece el personaje de Sherlock Holmes, quien más tarde se convertiría en uno de los más grandes iconos de la novela policíaca. La edición fue ilustrada por el padre de Conan Doyle, que en un principio tituló la novela Una madeja enmarañada, pero tras varios rechazos finalmente, la editorial Ward, Lock &Co decidieron publicarla en un magazine, Beeton´s Christmas Annual, concretamente en 1888, aunque la primera edición norteamericana aparecería en 1890.

1 comentario:

Cristina Davó Rubí dijo...

Pues, por último, excelente trabajo de Álex y Beltrán. Cuando se ponen, estos chicos hacen maravillas.