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domingo, 8 de septiembre de 2013

Calendario literario


Tal día como hoy…
          En, 1645, hace nada menos que, 368 años, murió Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, literato español, noble, político y escritor del Siglo de Oro, uno de los más destacados de la historia de la literatura española. Caballero de la Orden de Santiago es autor de la popular novela picaresca “Historia de la vida del Buscón llamado Pablos, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños (1626) y algunas obras líricas, El Parnaso español (1648) y Las Tres Musas Últimas Castellanas (1670).



          Su obra literaria es inmensa y contradictoria. Hombre muy culto, amargado, agudo, cortesano, escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran altura y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual, que le hace ser el principal representante del barroco español. 
      Su obra está entroncada con su forma de vida: desenvuelta y alegre en las sátiras de su juventud -letrillas burlescas y satíricas como "Poderoso caballero es don Dinero"- es el Quevedo más conocido y popular. Criticó con mordacidad atroz los vicios y debilidades de la humanidad, y zahirió de una manera cruel a sus enemigos, como en el conocido soneto, paradigma conceptista: "Érase un hombre a una nariz pegado...".


Una muestra de su agudo arte está contenido en este famoso poema:


A UNA NARIZ

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.

Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delit
o.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos sabemos que tenía un gran defecto: su manifestada misoginia, solo por eso le tengo algo de manía, por lo demás hay que reconocer que fue un excelente crítico y escritor.
Mª Ángeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

A pesar de su aguda misoginia, como dice Mª Ángeles, fue autor de algunos de los más bellos poemas de amor de nuestra lengua. Nadie es perfecto. En cuanto al soneto hoy reproducido, un magnífico ejemplo de hipérbole y de cómo también antes se injuriaba al contrario, pero al menos haciendo uso del ingenio y el talento...