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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Calendario literario



Tal día como hoy,  18
        Nacía, Tomás de Iriarte y Nieves Ravelo, poeta, fabulista y dramaturgo español, autor de obras tan conocidas como “El burro flautista”, “La liebre y la tortuga” y “La lechera”.


 
        Tomás de Iriarte nació  en La Orotava, municipio español al norte de la provincia de Santa Cruz de Tenerife,  Canarias, en 1750.
          Se dedicó desde joven a la traducción de obras de teatro francés, y el Arte Poética de Horacio, en 1777.
Escribió un poema escrito en silvas, La Música, en 1779, donde expone su teoría poética. Escribió también las comedias La señorita mal criada, en 1788 y El señorito mimado en 1790.
          Con su creación Guzmán el Bueno (1791) introduce el monólogo dramático con acompañamiento de orquesta.
         Pero este escritor y fabulista español es esencialmente conocido por sus Fábulas literarias, que muchos críticos consideran de mayor calidad poética que las de Samaniego, en las que -a la vez- se realizan alusiones o sátiras a literatos de su época.

          Tomás de Iriarte murió en 1791 en Madrid. 

 Un ejemplo de una sus fábulas.










Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?»
«¿Qué ha de ser?», responde;
«sin aliento llego...;
dos pícaros galgos
me vienen siguiendo».
«Sí», replica el otro,
«por allí los veo,
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos.»
«¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.»
«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso.»
«Son galgos, te digo.»
«Digo que podencos.»
En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
 Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
Llévense este ejemplo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡La de cosas que podemos aprender a través de las fábulas!
MªÁngeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

O cómo los detalles de poca importancia pueden desviar nuestra atención de lo verdaderamente relevante. Lo mejor de estas fábulas es su carácter universal y atemporal.