Hoy, de nuevo, volvemos con una redacción, una buena muestra del quehacer de nuestros alumnos, en este caso de un 1º de E.S.O. y está bien porque el esfuerzo es aun mayor cuando se trata de alumnos tan pequeños y que se incorporan a nuestro centro en este Curso Escolar y ya prometen con su trabajo y tesón.
La chica sin sentimientos
Ginés Mulero Vilar 1º E.S.O.-D.
Esta
historia comienza en una ciudad llamada Florilla. En esta ciudad solo vivía la
gente poderosa, y en una de esas casas tan ricachonas vivía Virginia. Virginia
tenía la familia más rica, Virginia era una chica de cabellos rubios como el
sol naciente y ojos azules como el
inmenso mar.
Todos
sus amigos se referían a ella con el mote de “La Chica Sin Sentimientos”.
Este mote era debido a que ni reía, ni lloraba ni mostraba signos de cualquier
sentimiento.
Era hija única y sus padres pasaban la mayor
parte del tiempo fuera. Rodeada de lujos y de criados que se preocupaban por
sus necesidades, le faltaba el cariño y el apoyo de las personas más
importantes para ella. Tenía un sicólogo, eso sí, para cuando se ponía triste y
agobiada.
Cuando
sus padres fallecieron de forma inesperada ella se quedó sola. Y después de
diez años sola, decidió adoptar a un niño de un orfanato de la ciudad más
próxima.
Cuando Virginia entró en el orfanato, respiró
un aire triste.
Le
atendieron dos trabajadoras de carácter apático. Después de mucho papeleo y
muchas condiciones, le correspondió un niño africano de siete años de edad.
Cuando Virginia llegó a casa con el niño, él parecía muy triste, porque su
hermano menor y sus amigos no tuvieron su suerte.
Con el paso de los años y la difícil tarea de
criar a ese niño, Virginia comenzó a
tener sentimientos, y años más tarde, Virginia conoció el sentimiento de
la alegría y el de la tristeza.
Tan profundos fueron esos sentimientos que
Virginia acabó fundando una ONG de adopción de niños, a la que le puso el
nombre de su hijo.
Al
fallecer Virginia, toda la herencia fue
para su hijo, ya que no tenía a nadie más, y fue él quien llevó a la ONG a su cumbre. También ganó el
premio Nóbel de la Paz
y dejó el nombre de esta familia en lo más alto.
2 comentarios:
Una bonita historia que nos demuestra que la riqueza no da la felicidad y que vivir plenamente conlleva lo bueno y lo malo.
Enhorabuena a Ginés por su capacidad de escritura y de expresión.
Ginés, me gustó tu historia cuando la leí y por eso te propuse compartirla con los demás.
Sigue demostrando día a día, con tu esfuerzo y dedicación, cuánto deseas aprender.
Gracias.
Un abrazo.
Isabel.
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