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sábado, 2 de noviembre de 2013

Día de los Muertos en México



El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.




          Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. 

          Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.



          El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.

Curiosidades literarias
                                            

          La historia narrada en la novela Bajo el volcán (1947), de Malcolm Lowry, se escenifica en México durante este día.



         En la novela El árbol de la noche de brujas (1972), de Ray Bradbury, los personajes contemplan la forma en que se celebra el Día de Muertos.










         



           La novela Days of the Dead (2003), de Barbara Hambly, se desarrolla un Día de muertos, en 1835.


 


¡Vivamos este día como una fiesta, y burlémonos de la Muerte!

                                                                           Las famosas Catrinas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso, con lo que le tememos a la muerte, y el juego que da a las cosas de la vida.
Mª Ángeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

No me extraña que este tema dé para escribir una novela. Ojalá supiéramos asumir mejor la muerte y reírnos de ella. Escribir puede ser, al menos, una forma de canalizarla.