Redactamos

        Hoy queremos inaugurar una nueva sección que iremos rellenado con las aportaciones de las más curiosas redacciones que nuestros alumnos, desde 1º de E.S.O. hasta 4º vienen realizando como una tarea para fomentar la escritura creativa, la ortografía, la expresión y todo aquello que conlleva una buena redacción, donde podemos valorar cuanto a diario aprendemos no solo en Lengua y Literatura como materia, sino en el resto de disciplinas.

        Hoy os presentamos la primera, una hermosa reflexión sobre la relaciones familiares y humanas.

                                                             EL PASADO

                                                     Gloria Vilar 4º-E.S.O.-D

            Cada persona tiene un pasado distinto de otra, incluso entre los propios hermanos. Cada familia ha sido criada de una forma distinta, y lo normal para unos, resulta extraño para otros que, tal vez, no han tenido la oportunidad de vivirlo, sentirlo, o incluso demostrarlo.

            Cuando somos pequeños muchas de las situaciones que vivimos no se entienden o no sabemos por qué ocurren. A medida que pasan los años, esas situaciones que nos parecían extrañas, un día empezamos a encontrarles sentido y a saber el motivo de por qué ocurrieron así. Y, en ocasiones, aun conociendo lo ocurrido no sabemos cómo debemos actuar o cómo enfrentarnos a las situaciones difíciles porque, tal vez, en el fondo tengamos miedo a escuchar esa verdad que te cuentan, o que estás viviendo y no quieres enfrentarte a esa realidad. Dejas pasar el tiempo creyendo que este arreglará lo que tú no has podido, y cuando decides solucionar las cosas porque has cambiado, aunque la situación sea la misma, solo cambia el tiempo que ha transcurrido. Entonces, vuelves a revivir lo que en otro tiempo viviste, y nunca salió como esperabas y en esta ocasión, tampoco ha sido así. ¿Para qué cambiar? ¿De qué sirven cambiar los papeles cuando siempre vuelve a ocurrir lo que no querías? Siempre suele decirse que cuando haces planes nunca esperares que las cosas sucedan como quisieras. Al principio parece que no es así, pero pronto te das cuenta de que es una absoluta verdad. Por eso, cuando personalmente hago algún plan, pienso en todas las posibles situaciones a que me deba enfrentar, y de esta manera evito cualquier sorpresa indeseada.

                        

           Siempre se ha dicho que la envidia es muy mala, aunque caigamos en la tentación un breve momento. Hay una sola cosa que nunca he conseguido soportar, y es lo siguiente: aquella gente que vive de forma muy diferente y se permite el lujo de darte órdenes/ o consejos y decir que seas como ella (moda, maquillaje, costumbres…), cuando sabe que la situación vivida no es la misma, y no hemos tenido las mismas oportunidades. Mis hermanas, por ejemplo, siempre se han tenido las unas a las otras por tener edades muy semejantes, y en mi caso vivo situaciones semejantes pero estoy más sola y aislada desde los ocho años. Ver muchas fotos de los demás, y yo misma no tener ninguna de esos momentos y, en realidad, de hace tan poco tiempo, resulta triste y desagradable anímicamente. Mirar al pasado y comprobar que no tienes ni la mitad de recuerdos de los demás familiares, no deja de ser algo lamentable, y puestos a valorar no son solo las fotos y los recuerdos, sino los momentos vividos que nunca podré recuperar porque ha transcurrido el tiempo para mí.

                        Lo único que me consuela, lo que en estos momentos puedo hacer es sacar el tiempo posible para poder celebrar ese tiempo perdido aunque se trate solo de unos instantes, de unos minutos.