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jueves, 30 de agosto de 2012

Nowhere boy


          John Winston Lennon, Liverpool, Reino Unido, 9 de octubre de 1940 – Nueva York, Estados Unidos, 8 de diciembre de 1980.



          “Una parte de mí quería ser aceptado por todas las facetas de la sociedad y no ser el músico bocazas y lunático que soy. Pero no puedo convertirme en algo que no soy. Dada mi actitud, los padres de los otros chicos (...) reconocían instintivamente lo que yo era, es decir, un alborotador. Sabían que no iba a ser un conformista y que influenciaría a sus hijos, que es lo que luego sucedió realmente. Hice todo lo posible por causar problemas en la casa de los amigos que tuve en parte por envidia, porque yo no tenía eso que llaman hogar. Aunque en realidad lo tenía (...) Habían cinco mujeres que eran mi familia. Cinco inteligentes y fuertes mujeres. Cinco hermanas. Aquellas mujeres eran fantásticas (...) Esa fue mi primera educación feminista (...) Una de ellas resultó ser mi madre (...) No sabía cómo enfrentarse a la vida. Tenía un marido que se escapó a la mar en medio de una guerra y no podía conmigo. Por aquel entonces yo tenía cuatro años y medio. Al final acabé viviendo con su hermana mayor. Aquel conocimiento y el que yo no estuviera con mis padres me hizo ver que los padres no son dioses”.

          La figura de John Lennon no deja de interesar a generaciones, y más generaciones de jóvenes y adultos, que se acercan a su música o a su propia y atormentada vida. Una película como Nowhere boy (R.U, 1999), interesará a los amantes del músico porque en ella, su director, recoge fidelignamente, los primeros dieciocho años de su existencia, la relación con su madre, su tía Mimi, y el primer grupo que lideró: The Quarrymen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por el final que tuvo da la impresión que su vida estaría marcada, en gran parte, por la tragedia.
Nos quedan sus canciones que seguiremos escuchando con entusiasmo. Todo lo bueno perdura en el tiempo.
Mª Ángeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

Puede que sea posible ser un genio sin estar marcado por una vida terrible, pero parece evidente que en condiciones favorables la creación artística se resiente.
Otro genio malogrado que se fue dejándonos un legado imprescindible, eso sí.