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domingo, 30 de diciembre de 2012

Cartas de Papá Noel


Cartas de Papá Noel

Para los hijos de J. R. R.Tolkien, el interés y la importancia de Papá Noel iba más allá de la mera recepción de regalos en los calcetines que habían colgado de la chimenea en Nochebuena, pues les escribía una carta todos los años en la que describía mediante palabras y dibujos su casa, a sus amigos y los pormenores, divertidos o preocupantes, de la vida en el Polo Norte. La primera de esas cartas llegó en 1920, cuando John, el mayor, tenía tres años; y durante más de veinte, a lo largo de la infancia de los otros tres hijos (Michael, Christopher y Priscilla), continuaron llegando todas las Navidades. A veces los sobres, con restos de nieve en polvo y sellos del Polo, aparecían en el comedor la mañana siguiente de su visita, otras veces los traía el cartero. Y las cartas que los niños escribían a Papá Noel se esfumaban de la chimenea sin que nadie se diera cuenta.



Conforme pasaba el tiempo, los ayudantes de Papá Noel fueron en aumento, y si al principio apenas se oye hablar de alguien que no sea el Oso Polar del Norte, poco a poco aparecen elfos de la nieve, gnomos rojos, muñecos de nieve, osos de las cavernas, y los sobrinos del Oso Polar, Paksu y Valkotukka, que fueron al Polo de visita y decidieron quedarse para siempre. De todas formas, el Oso Polar siguió siendo el principal ayudante de Papá Noel, y también la principal fuente de desastres que desencadenaban confusiones y carencias en los calcetines que los niños habían preparado para Papá Noel. A veces, el propio oso escribía sus comentarios en mayúsculas grandotas.


Al final, Papá Noel contrató de secretario a un elfo llamado Ilbereth, y en las últimas cartas los elfos adquieren una importancia capital en la defensa de la casa de Papá Noel y de los almacenes contra los ataques de los trasgos.
En este libro sólo se han podido recoger unos cuantos ejemplos de la letra temblorosa de Papá Noel, pero se han reproducido casi todas sus ilustraciones. También se incluye el alfabeto que el Oso Polar descifró a partir de los dibujos que los trasgos habían hecho en las paredes de las cuevas donde se perdió, así como la carta que el oso escribió a los niños con ese abecedario.















J.R.R. Tolkien, Cartas de Papá Noel; Barcelona, El Aleph, 2006





Os dejamos con la primera y curiosa carta que Papá Noel envía a John, el hijo mayor de Tolkien.


Hogar de Papá Noel, Polo Norte
22 de diciembre de 1920

Querido John:
            Me he enterado de que le has preguntado a tu papá cómo soy y dónde vivo. He hecho un autorretrato y he dibujado mi casa. Guarda bien el dibujo. Ahora mismo me marcho a Oxford con el saco lleno de regalos (algunos para ti). Espero llegar a tiempo: esta noche la nieve es muy espesa en el Polo Norte. Con cariño, Papá Noel.

              ¡Qué nunca nos falte la imaginación!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pobrecillo Papá Noel! Tantos regalos que repartir y encima tener que atravesar auténticos muros de nieve.
Pero aquí vienen los Reyes Magos. En Oriente no hay tanta nieve, aunque tengan que atravesar grandes desiertos y, como son tres, supongo que su largo viaje será más llevadero.
Mª Ángeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

Interesante curiosidad, me ha encantado.
Sea Papá Noel o los Reyes Magos, lo importante es la ilusión. Ese brillo en los ojos infantiles.