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jueves, 27 de diciembre de 2012

Citas literarias



    La entrada del invierno
El día 21, a las 12 horas y 12 minutos hora peninsular y balear (curiosa repetición de los número 1 y 2 en el año 2012) comenzaba el invierno, que durará hasta el próximo día 20 del mes de marzo y será, desde el punto de vista astronómico, uno de los más cortos de los últimos siglos. Atrás queda un otoño que, pluviométricamente, se puede decir que ha venido a “salvar los muebles”, o sea, que ha paliado en la mayoría de las regiones la prolongada sequía que veníamos padeciendo. Los primeros días de la nueva estación (Navidad) se han caracterizado por unas temperaturas superiores a las normales de la época (llamativamente altas en algunas zonas), siendo probable, con arreglo a los mapas como previstos, que coincidiendo con los días posteriores a Navidad, se produzca un descenso notable de los valores termométricos, aunque no parece que vaya a ser lo suficiente como para que tengamos que hablar de ola de frío en las postrimerías del año.

           Y ahora la cita que, en esta ocasión, se trata de un fragmento de un poema que nos habla, precisamente, de esta hermosa estación del año.

                    ¡Y yo te amo, invierno!/  Yo te imagino viejo,/ yo te imagino sabio,/ con un divino cuerpo de mármol palpitante/ que arrastra como un manto regio el peso del Tiempo.../ Invierno, yo te amo y soy la primavera.../ Yo sonroso, tú nievas:/ tú porque todo sabes,/ yo porque todo sueño...
                                    Delmira Agustini (Montevideo, Uruguay, 1886- 1914).
                             El poema se titula “Nocturno”, forma parte del poemario, Los cálices vacíos (1913)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso poema. Estoy segura que invierno y primavera se complementan, aunque sean tan distintos. Igual que las personas.
Mª Ángeles.

Cristina Davó Rubí dijo...

Magnífico fragmento de una poeta uruguaya a la que admiro, por ser una mujer extraordinaria, como tantas otras, en una época dominada por el machismo.
Cada estación del año tiene su encanto, y creo que Agustini ha sabido captar en este poema la excelencia del invierno, que todos imaginamos como un anciano de barba blanca con todo el peso del tiempo a sus espaldas.