Vistas de página en total

sábado, 14 de diciembre de 2013

De cómo éramos



DE CÓMO ÉRAMOS (11)
          Todos recordamos nuestros árboles de Navidad desde que éramos pequeños, aunque ya vimos como hace algunos años en nuestras casa proliferaban los belenes y pocos eran capaces de adornar su Navidad con un árbol. Hoy queremos recordar que en los años 50 y 60  la costumbre era muy distinta, aunque no nos resistimos a contar la historia de ÁRBOL DE NAVIDAD.


Orígenes de la tradición del Árbol de Navidad


          La tradición del árbol de Navidad tiene unos orígenes algo confusos. Desde la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas. Los primeros cristianos que llegaron a Europa, al descubrir que los bárbaros celebraban el cumpleaños de uno de sus dioses, adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a la Navidad, tomaron progresivamente la idea del árbol cambiándole totalmente el significado.
           Una de las tantas leyendas que hay sobre el árbol de navidad marcó una tradición ya arraigada en casi todos los países del mundo qué es ¿Cuándo se monta el árbol? Tradicionalmente se monta el día 8 de diciembre, en América Latina se celebra la virgen y se festeja adornando la casa; en España es el Día de la Inmaculada, festivo y día elegido sacar todos los adornos navideños y disfrutar del día festivo en familia adornando ventanas, puertas, salón, cocina... con esos motivos



          San Bonifacio fue, también en Alemania, el primero en plantar un pino como símbolo del amor perenne de Dios. Según cuenta la tradición, lo adornó con manzanas para simbolizar el pecado original y con velas para representar luz del mundo.
Pero lo cierto que es que los orígenes e historia del árbol de navidad está llena de otras leyendas e historias muy diversas:
          Una de estas historias habla de un generoso sacerdote que vivió hace 400 años en Alsalcia y cada noche de Navidad, repartía entre los habitantes menos favorecidos de su pueblo alimentos, ropa y dinero que recolectaba durante el año. Y ocurrió que …

Un día, mientras preparaba los paquetes para sus fieles más pobres, el sacerdote admiró la hermosa noche y se le ocurrió colgar los regalos en las ramas de un abeto próximo a la iglesia. Los pobres podrían así disfrutar además del cielo estrellado de aquella noche clara mientras se cantaban bajo el árbol cánticos sagrados. Tan agradable resultó la reunión que desde entonces el árbol fue el centro de la fiesta navideña.



          Otra leyenda lleva la tradición a Inglaterra y la sitúa en el siglo XVIII bajo el reinado de Jorge III. La esposa del rey, la reina Carlota, se caracterizaba por su bondad con los súbditos y en el año 1765 decidió instalar en uno de los salones más grandes de palacio, un árbol de Pascua adornado con guirnaldas, luces, juguetes y toda clase de regalos.

Y la leyenda del niño:
           Cuenta esta leyenda que durante una muy fría noche de invierno, un niño buscó refugio en la casa de un leñador y su esposa. El matrimonio ya anciano, lo recibió y le dio de comer. Durante la noche el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la generosidad de los ancianos, el niño tomó una rama de un pino y les indicó que la plantaran, indicándoles que cada año daría frutos. Y así fue: el árbol dio cada año por navidad manzanas de oro y nueces de plata.


El árbol de la Navidad hoy

           Esta tradición del árbol navideño se desarrolla ya ampliamente en el siglo XIX, especialmente en Europa, aunque pronto se extendió a América y finalmente a otros continentes.
          Sea un árbol artificial (los hay realmente buenos) o natural, lo cierto es que uno de los ritos insustituibles de hoy en España es montar el árbol con un serie de componentes:




  • luces
  • bolas
  • piñas
  • adornos varios.



     Los que reciben regalos de Papa Noel ponen la bota, calcetín o saquito colgado de árbol y en su entorno se suelen dejar los regalos de este singular personaje, también, reciente llegado a nuestros hogares, que llamamos, Papa Noel.



¡Felices
               Regalos!

1 comentario:

Cristina Davó Rubí dijo...

Lo bonito es que todos los motivos navideños, sean de la tradición que sean, se conjuguen armoniosamente en los hogares.