Tal día como hoy, 31
Nacía en 1747 Gottfried August Bürger, escritor alemán,
conocido sobre todo por haber traducido al inglés la obra Los Maravillosos viajes y divertidas aventuras del barón de Münchausen.
Falleció en Gotinga el 8 de junio de 1794.
Estudio Teología y fue profesor en la universidad de Gotinga,
donde enseñaba Estética. En 1784 moría su primera esposa. En ese mismo año es
nombrado privatdozent de la universidad.
En 1785 contrae matrimonio con su cuñada, que morirá meses más tarde, en enero
de 1786. Un año más tarde, en 1787, es nombrado doctor honorario de filosofía;
en 1790 se casó por tercera vez aunque dos años más tarde se divorciará, y fallece
en 1794.
Perteneció a un grupo de poetas y escritores de Gotinga, con
los que creo una nueva tendencia poética alemana, destacó por sus poemas
folclóricos, entre sus obras destaca «Lenore», de 1773, poema largo que cuenta
una historia de influencia vampírica, «Cazador salvaje», de 1778, y «Canción de
un buen hombre», de 1778. Tradujo al alemán a Shakespeare y a Homero.
Pero es especialmente recordado por su traducción sobre las
aventuras del barón de Münchhausen, que hizo que la personalidad de este
personaje traspasara las fronteras de Alemania y se convirtiera en un personaje
universal. En estas historias se permitió introducir algunas nuevas de su
propia cosecha, y fue tan popular su versión que hizo que se olvidara la de Rudolf
Erich Raspe, que era la original.
La obra
Este hombre de gran fantasía fue Karl Friedrich Hieronymus
Freiherr von Münchhausen, más conocido por todos nosotros por Barón von
Münchhausen.
Este barón fue un militar alemán que participó en varias
campañas militares y, cuando volvió de ellas, cuando abandonó el ejército, se
dedicó a contar a todo el mundo sus aventuras, sus grandes hazañas que, por
supuesto solía adornar agrandando y exagerando los acontecimientos, contando
anécdotas inverosímiles, envalentonándose cada vez más en sus relatos.
Nuestro protagonista nació y murió en Bodenweder, un
municipio de la Baja
Sajonia alemana, no muy lejos de otra famosa población
literaria: Hamelin.
Cuando Karl Friedrich era joven, sirvió de paje al duque
Brunswick-Lüneburg, Antonio Ulrico II, a quien acompañaría para unirse al
ejército ruso, donde pudo satisfacer sus ansias de aventuras participando en
varias campañas militares contra los turcos, primero acompañando al duque y,
cuando éste fue preso por los turcos, como capitán de caballería de su propio
destacamento. Abandonaría el ejército en 1750.
Unos años antes se había casado y, tras retirarse, se fue a
vivir con su esposa a su localidad de nacimiento, donde, hasta el momento de su
muerte, divirtió a sus convecinos con sus historias, hasta tal punto que
adquirió una gran reputación como narrador, aunque sus historias nunca gozaron
de credibilidad. Sin embargo siempre fue respetado como un honesto hombre de
negocios.
En 1790 moriría su esposa, y pocos años después el barón
volvió a casarse sin demasiada fortuna y moriría sin descendencia el 22 de
febrero de 1797.
Karl Friedrich llegó a exagerar sus hazañas en los campos de
batalla de tal manera, que no pudo dejar de llamar la atención de escritores
contemporáneos que se encargaron de dejar por escrito su historia. Varias de
las aventuras del barón aparecieron en una publicación anónima, pero el primer
escritor en llevar a cabo una “seria” recopilación de sus relatos fue Rudolf
Erich Raspe en su libro “Relatos que hace
el Barón de Munchausen de sus campañas y viajes maravillosos por Rusia”,
que desagradó profundamente al propio Barón, pues imprimía a sus aventuras cierto
tono satírico y cómico que no dejaba muy bien parado al protagonista, al que
convirtieron en célebre y reconocido mentiroso.
No es de extrañar que estas aventuras, a pesar del empeño
que él ponía en manifestar que eran ciertas, no convencieran a nadie. Sus
relatos incluían fantásticas hazañas como el viaje que realizó a la Luna montado a lomos de una
bala de cañón, o cuando pudo rescatarse a sí mismo de morir engullido por una
ciénaga pantanosa recurriendo a la feliz idea de tirar de su propia coleta para
conseguirlo, o cómo mató a un oso para cubrirse con su piel y pasar
desapercibido entre otros osos. Incluso contó cómo pudo vivir durante meses en
el estómago de una ballena.
Dado el carácter fantástico e inverosímil de sus aventuras,
éstas han pasado a la historia como narraciones infantiles o juveniles, ya que
su poca credibilidad no daba para que ningún adulto pudiera considerarlas
libros de aventuras o viajes.
La popularidad de las aventuras del barón hizo que otros
escritores, de distintos países (Bürger, Immermann), se atrevieran a
recopilarlas, rescatándolas del folclore y la tradición popular, añadiendo
nuevas historias, algunas de su propia cosecha no atribuibles a las
narraciones del barón.
También se han adaptado al cine distintas versiones, la
primera en 1911 y la más conocida la de 1988, dirigida por Terry Gilliam (Monty
Python), protagonizada por Robin Williams y Uma Thurman.
¡...Y después de todo, Felicices lecturas!
1 comentario:
Un buen personaje para las lecturas navideñas. Y otro autor rescatado del olvido en este blog.
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