En las familias con menos recursos, estrenar libros
-incluso ropa- estaba destinado a los hermanos mayores. Todo esto era normal en
la España de
los 40, 50 y parte de los 60. Muchos de aquellos escolares, lejos de
desmotivarse, incluso se esforzaban más para poder demostrar que con el libro
viejo podían aprender lo mismo o más que cualquier niño con un ejemplar recién
salido de la editorial. Como decía al principio, el material que hoy se
adquiere supera ampliamente -en cantidad- al que nosotros utilizamos en
aquellos años. Otra cosa es que lo supere en calidad y práctica. De momento, lo
que está claro es que el gasto se dispara y, para muchas familias, septiembre
se presenta con una cuesta que poco tiene que envidiar a la de enero. Lo
positivo: Que las editoriales pueden mantener a muchos trabajadores. Somos
muchos. Ese es el gran problema. Rafael Castillejo, a 4 de septiembre de 2015. www.rafaelcastillejo.com
A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será. Johann Wolfgang Goethe
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sábado, 5 de septiembre de 2015
LOS NIÑOS QUE NUNCA ESTRENABAN LIBROS
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1 comentario:
Comparto sus palabras.
Rubén Ayén Galera
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