Otoño
es un término que tiene su origen en el vocablo latino autumnus. El concepto
permite nombrar a la estación que, de acuerdo a la astronomía, se inicia con el
equinoccio otoñal y se extiende hasta el solsticio invernal.
En
el hemisferio sur, el otoño comienza el 21 de marzo y finaliza el 21 de junio,
cuando empieza el invierno. En el hemisferio norte, en cambio, el otoño abarca
del 21 de septiembre al 21 de diciembre. El orden de las estaciones es el
siguiente: otoño-invierno-primavera-verano, un ciclo que se repite en todo el
planeta.
El
otoño se caracteriza por la caída de las hojas de aquellos árboles que forman
parte del grupo de los caducifolios. Los árboles de este tipo, a diferencia de
los perennes, renuevan sus hojas cada año. Con la llegada del otoño, por lo
tanto, las hojas adquieren un color amarillento o amarronado y caen al suelo
una vez que están secas.
Aunque
sus características varían según la región geográfica, lo habitual es que, en
el otoño, las temperaturas desciendan respecto al verano, alcanzando los
niveles más bajos del año en el invierno.
A
nivel simbólico, el otoño se asocia a la madurez o al ocaso de la vida. Por
ejemplo: “Nunca pensé que, en el otoño de mi existencia, volvería a
enamorarme”, “El cantante sabe que está transitando el otoño de su carrera y
desea retirarse con una última gira”, “Estoy en mi mejor momento, todavía falta
para que llegue el otoño y la etapa de reposo”.
1 comentario:
Dentro de unos días, pasaremos del verano al otoño.
Rubén Ayén Galera
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