Puñal
de claveles
de Carmen de Burgos
Recordaremos especialmente
su posición en el periodismo, en el que se había iniciado desde su llegada a
Madrid en 1901, procedente de su Almería natal. Muy pronto, desde el 1 de enero
de 1903, se convirtió en la primera mujer redactora de un periódico, del
naciente Diario Universal, donde le fue encomendada la columna diaria que
firmaba como Colombine, el pseudónimo con el que ya siempre fue popular. Otras
puertas siguió abriendo la autora dentro del periodismo. En agosto de 1909,
llegó a Melilla en pleno conflicto para enviar sus crónicas a Heraldo de Madrid,
y se convirtió así en la primera mujer española corresponsal de guerra.
A lo largo de tres
décadas, acumuló un legado de miles de artículos publicados en la prensa
española y extranjera. En paralelo fue creando una extensísima labor literaria
y erudita, cercana a los dos centenares de títulos: novelas largas y cortas
(más de un centenar), ensayos, biografías, libros de viajes, estudios literarios,
traducciones, libros de entrevistas, prólogos, semblanzas de escritores,
manuales de divulgación práctica... Fue la labor de una polígrafa, una inmensa
labor de una figura descomunal.
Puñal de claveles
Dentro del ciclo de
Rodalquilar, es una novela de muy importante significación porque, aunque muy
breve, cierra el ciclo y, en realidad, toda la obra de Carmen; el mensaje que
contiene se convierte en símbolo de su trayectoria literaria y humana, y en
testamento final.
Nos sitúa el argumento en
un universo de sobra conocido para un lector que hubiera seguido el despliegue
del ciclo de relatos; apenas se hallan personajes, lugares, anécdotas o
costumbres que nos sorprendan o que nos parezcan nuevos. Nominalmente, la acción
se presenta extendida en el espacio del Campo de Níjar, pero las señas
narrativas de ese espacio se reducen a las ya conocidas del valle de
Rodalquilar. El cortijo central no es La Unión sino el Monje, aunque con idénticos rasgos.
Y los elementos recurrentes que pueblan la novela son incontables: la madre
obesa; el buhonero con su arqueta de objetos; la situación de las mujeres en el
matrimonio, casadas casi adolescentes; el ritual de la comida en el cortijo;
las estrellas para medir las horas; la composición del banquete de bodas; el
ajuar de la novia; cantar a dos voces los hombres en la noche para fingir
compañía; lanzar piedras a las cruces del camino; los pañuelos de las mozas, de
los colores “garbanzo, tórtola y aceite”, etc.
Se estructura en cinco
capítulos de muy diversa extensión, encabezados por sus propios títulos.
El
primero “La primera amonestación” (I) ocupa casi la mitad del relato y es
predominantemente descriptivo; en él se presenta el argumento, los antecedentes
de los personajes y las costumbres que los envuelven.
“El ramo de flores” (II)
es en parte descriptivo, pero con él se inicia la acción.
“El embrujamiento del
perfume” (III) y finalmente,
“La revelación” (IV) construyen el desarrollo narrativo, y con
ellos aparecen ya elementos dramatizadores y líricos. “Doble pasión” (V) es un desenlace
dramatizado, muy condensado, que rebosa lirismo.
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/bivian/media/flashbooks/lecturas_pendientes/punal_de_claveles/index.html
1 comentario:
Otra nueva recomendación que sumamos.
Rubén Ayén Galera 1ºBHCS-B
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