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martes, 25 de noviembre de 2014

Cuarta propuesta de lectura


Rinconete y Cortadillo, una novela ejemplar “andaluza” de Cervantes

     Un día de verano dos muchachos, “muy descosidos, rotos y maltratados”, se encuentran en una venta al sur de la provincia de Ciudad Real; tienen entre catorce y dieciséis años y se dirigen a la misma ciudad: Sevilla.
     Así comienza Miguel de Cervantes la novela Rinconete y Cortadillo. Francisco Porras de la Cámara, racionero de la catedral de Sevilla, lo copiaría hacia 1604-1605, junto con El celoso extremeño, otra de las Novelas ejemplares “sevillana”, para que el cardenal arzobispo de la ciudad, don Fernando Niño de Guevara se divirtiera. Más tarde Cervantes introduciría cambios en ambos relatos, suavizando pasajes y quitando precisiones, como el año del encuentro de los protagonistas, 1569, o el nombre de la aldea de Cortado, Mollorido.


     La novela estaba en “una maletilla vieja, cerrada con una cadenilla” que guardaba el ventero de la primera parte del Quijote: alguien la dejó olvidada en la venta de Juan Palomeque el Zurdo. En ella hay “unos papeles de muy buena letra, escritos a mano”, pero lo escrito será otra novela, El curioso impertinente, que lee el cura y todos escuchan; en uno de los forros de la maleta está La Novela de Rinconete y Cortadillo, que el ventero da al cura cuando se marcha. Como no se lee en la venta, no forma parte del Quijote, pero su fecha, la de 1605 pone límite final al periodo en que Cervantes la pudo escribir; del mismo modo que la de 1599, en que se imprime el Guzmán de Alfarache, será la que marca su comienzo. Rincón y Cortado le deben mucho al Pícaro por excelencia, a Guzmán. Esta novela se imprimió junto con las otras once Novelas ejemplares en Madrid, por Juan de la Cuesta, en 1613.


El encuentro de los dos pícaros
Pedro del Rincón y Diego Cortado se sientan uno frente al otro a la hora de la siesta en un cobertizo delante de la venta del Molinillo y allí se darán sus señas de identidad. Nada dirán de su vida anterior, sólo el oficio de su padre y poco más, pero sí hablarán de sus dos habilidades: el robo y el juego. Rincón y Cortado son ladronzuelos y tahúres, “pícaros”; juntarán sus fuerzas y mañas y sellarán su amistad con un abrazo. Rincón, que es el mayor, para animar a su compañero a sincerarse, le cuenta su vida al modo que el lector reconocerá muy bien, con la fórmula del comienzo de la autobiografía picaresca: “Yo, señor hidalgo, soy natural de la Fuenfrida […]. Mi nombre es Pedro del Rincón.

Mi persona es de calidad, porque es ministro de la Santa Cruzada: quiero decir que es bulero o buldero, como los llama el vulgo”. Luego le hablará de su “oficio”, cuyo instrumento son los naipes; ya había anotado su presencia el narrador al hacer su retrato. Le anima a colaborar con él para armar la red y que caiga algún pájaro; como le aclara: “quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna como si fuese de veras”, para conseguir un tercero, que será el que pierda el dinero.

La primera víctima de su alianza es un arriero que se hospedaba en la venta; los ve jugar a las cartas, los ve muchachos y cree que será fácil ganarles. Va a acabar desplumado, y así quedarán patentes las habilidades de los que van a ser inseparables ya: Rincón y Cortado.
Emprenderán su viaje hacia su meta, Sevilla, y lo harán cómodamente gracias al ofrecimiento de unos caminantes a caballo. El lector sabe que sigue leyendo un relato picaresco porque la geografía es real, ellos van caminando y ensartan así encuentros en esta primera etapa itinerante, y, sobre todo, son ambos ladronzuelos y jugadores de ventaja. Lo que sucede es que el pícaro no está aquí solo; son dos, y así podrán ser cómplices y dialogar; el arte cervantino sabe mezclar con maestría ingredientes novelescos, y sabe además diferenciar las dos voces, los dos personajes. Rincón, un poco mayor, es hijo de buldero (y nos lleva al tratado quinto del Lazarillo) y sabe leer, mientras que Cortado, hijo de sastre, no. Aquel es especialista en juegos de cartas, y este, en pequeños hurtos. La novela comienza con su encuentro.

Enlace para obra digital: http://www.juntadeandalucia.es/cultura/bivian/media/flashbooks/lecturas_pendientes/rinconete_cortadillo/index.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra nueva recomendación que podemos leer gracias al enlace que aparece.

Rubén Ayén Galera 1ºBHCS-B