Vistas de página en total

sábado, 9 de marzo de 2013

Calendario literario

               Esta mañana, temprano, ha muerto en su casa de Glasgow (Escocia), Medardo Fraile, un autor muy querido por este blog. Formó parte de la Generación del 50, y ha sido uno de los mejores cuentista de la segunda mitad del siglo XX. Comenzó su andadura literaria escribiendo y representando teatro, después se decantó por el cuento y en 1954 publicó, Cuentos con algún amor, al que seguirían,  A la luz cambian las cosas (1959), Cuentos de verdad (1964), Descubridor de nada y otros cuentos (1970), Ejemplario (1979), Contrasombras (1998), Los ladrones del paraíso (1999), Años de aprendizaje (2001) y Antes del futuro imperfecto (2010). También escribió una única novela, Autobiografía (1986), que ha reeditado recientemente  la editorial Menoscuarto con el título de Laberinto de fortuna (2012).

                                                
                                     (Madrid, 1925- Glasgow, 2013),

 Esta era una de sus acertadas opiniones sobre el género cuento,
Decirlo todo sin contarlo. Dejar caer al autor sobre ellos con lo que en ese momento sienta, piense, añore, busque, con espíritu de compañero de viaje. El cuento ha de tener alma y el alma es inasible, es, según dicen, esos gramos de peso que pierde el cadáver del hombre en el instante de morir. En el cuento deben oírse ecos, como en la vida humana hay ecos que no son aparentes, pero configuran el misterio de cada cual. Los ecos dan consistencia real a los personajes y a las situaciones en que se encuentran.


2 comentarios:

Cristina Davó Rubí dijo...

El alma de Medardo, como la de us cuentos, quedará siempre.

Anónimo dijo...

No sé si existe el alma, sus cuentos sí.
Mª Ángeles.