Vistas de página en total

sábado, 6 de octubre de 2012

Hoy leemos... + una curiosidad

                   Hoy volvemos sobre el fenómeno Harry Potter, porque cada generación que pasa, se vuelve sobre sus libros. Hace unos días recomendábamos, Harry Potter y la piedra filosofal, y hoy presentamos, la segunda entrega de la serie, Harry Potter y la cámara secreta (1998), que podemos ver a continuación, adema´s de una curiosidad sobre el nombre de su autora.




                              Barcelona, Salamandra, 1999; 288 págs., 16 €


          Tras derrotar una vez más a lord Voldemort, su siniestro enemigo en Harry Potter y la piedra filosofal, Harry espera impaciente en casa de sus insoportables tíos el inicio del segundo curso del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Sin embargo, la espera dura poco, pues un elfo aparece en su habitación y le advierte que una amenaza mortal se cierne sobre la escuela. Así pues, Harry no se lo piensa dos veces y, acompañado de Ron, su mejor amigo, se dirige a Hogwarts en un coche volador. Pero ¿puede un aprendiz de mago defender la escuela de los malvados que pretenden destruirla? Sin saber que alguien ha abierto la Cámara de los Secretos, dejando escapar una serie de monstruos peligrosos, Harry y sus amigos Ron y Hermione tendrán que enfrentarse con arañas gigantes, serpientes encantadas, fantasmas enfurecidos y, sobre todo, con la mismísima reencarnación de su más temible adversario.


                  Y, una curiosidad, ¿por qué firma su autora J.K.?

                    Aunque escribe bajo el seudónimo «J. K. Rowling», su nombre en el momento de la publicación del primer libro de Harry Potter era simplemente «Joanne Rowling». Antes de publicar el libro, su firma editorial, Bloomsbury, temió que la audiencia de muchachos jóvenes se vería reticente a comprar libros escritos por una mujer. Por lo tanto, requirieron que Rowling utilizase dos iniciales en lugar de revelar su nombre de pila. Como no tiene segundo nombre, eligió la letra K por Kathleen como la segunda inicial de su seudónimo, obtenida del nombre de su abuela paterna. El nombre Kathleen nunca ha sido parte de su verdadero nombre. Después de su matrimonio, a menudo utiliza el nombre Joanne Murray cuando lleva a cabo asuntos privados. Se llama a sí misma «Jo», diciendo «Nadie me llamaba “Joanne” cuando era niña, a menos que estuviesen enfadados conmigo»

1 comentario:

Cristina Davó Rubí dijo...

No soy seguidora de Harry Potter, será porque soy de otra generación. Su autora, desde luego, tuvo una gran idea que la ha convertido en millonaria a la vez que en escritora de renombre.
Pero lo que me parece increíble es que en pleno siglo XXI aún se tengan que usar pseudónimos o artimañas para camuflar el nombre de una mujer... Pensaré que hubiese tenido el mismo éxito entre los muchachos de haber firmado con su verdadero nombre, de mujer.