Una vez instalados en el nuevo año, podemos hacer balance del pasado y pensar en nuevos proyectos para el presente, 2012 recién estrenado. Qué mejor propósito que la lectura, es decir, la necesidad de dedicar unos minutos de nuestro largo día a ejercitarnos en ella. Os dejo esta reflexión de la narradora granadina Herminia Luque Ortiz, que escribe, y muy bien, sobre tan noble propósito.
Regalar el mundo
El mundo está en los libros. Todos los mundos, el mundo. Todos los mundos posibles y los imposibles también.
Los libros no sólo contienen una obra literaria sino una literatura y una lengua. Y un mundo -mil mundos- con todo su espesor sensible y cognoscitivo.
Regalar un libro no es regalar la luna, un lugar árido y mudo, es decir, nada; es regalar el mundo vivo y lleno de cosas de los humanos. Los libros contienen el mundo y a la vez son lo mejor de ese mundo, de las mejores cosas al menos, en las que puede invertirse el tiempo, el esfuerzo, el placer y el dinero.
Regalar el mundo no es un acto irreal o pretencioso, sino un acto certísimo y lleno de generosidad.
Regalar un libro es regalar el mundo, un mundo, el mejor mundo posible.
Los libros no sólo contienen una obra literaria sino una literatura y una lengua. Y un mundo -mil mundos- con todo su espesor sensible y cognoscitivo.
Regalar un libro no es regalar la luna, un lugar árido y mudo, es decir, nada; es regalar el mundo vivo y lleno de cosas de los humanos. Los libros contienen el mundo y a la vez son lo mejor de ese mundo, de las mejores cosas al menos, en las que puede invertirse el tiempo, el esfuerzo, el placer y el dinero.
Regalar el mundo no es un acto irreal o pretencioso, sino un acto certísimo y lleno de generosidad.
Regalar un libro es regalar el mundo, un mundo, el mejor mundo posible.
Herminia Luque Ortiz
Felices Reyes.
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