to
infantil, y las hubo con imágenes de todo aquello que podía ser agradable a la
vista de cualquier niño de la época. Había que humedecerlas para poder
adherirlas a la superficie elegida, que podía ir desde el forro de las tapas de
nuestros libros y cuadernos de escuela hasta las manos, aunque cuando pasaban
unos días, desaparecían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario